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noviembre 2005
Ante una política inmobiliaria y urbanística que nos cucarachea vamos a improvisar viviendas y a hacer habitables espacios insólitos.
Las chabolas hicieron grande Barcelona, las chabolas fueron un espaciamiento que se desentendió de las restricciones y rompió los limites al uso del espacio público. La autoconstrucción se hace contra el hacinamiento y la expulsión. Desde luego que no vamos a reeditar los confinamientos del barrio-gueto y a quedarnos enrocados en la
autocompasión y el victimismo acusica. Vamos a construir lugares. Lugares desde los que pivotar cambios de trayectoria y vivir tiempos de trayectoria imprevisible. Nuestra rabia va a ser el clima de la ciudad, contra el fascismo cívico,vamos a crear los ambientes de deserción de la ciudadanía.La autoconstrucción se desentiende de cómo se ha repartido el suelo.
Ese reparto no tiene mas base que la amenaza, la represión y el saqueo.
(Ej. Can Caralleu, Torre Baró…). La política urbanística sigue siendo un reparto
de cartas trucadas, una baraja de la precariedad dominada en la que cada día a diez o veinte les sale desahucio, a mil les toca dormir en el cajero o en la calle, a diez mil Prozac para ir tirando, y a un millón seguir viviendo desesperadamente. Nos desentendemos de la sonrisa del crupier empleado de la banca. Reciclando sus materiales vamos a vivir dentro de lagran tienda. Con materiales y tecnologías de la gama “encontrados” vamos a hacerla habitable. En el Salón de la Autoconstrucción se exhibirán prototipos de vivienda ubicables en distrito postal a elegir. Duplex en plazas de aparcamiento, segundas residencias en andamios, punto de siesta en aparcamiento para motos, campamentos en los parques y plazas, lofts en entradas de metro, cabañas en el techo de las paradas de autobús, campamentos flotantes frente a la playa, viviendas con huerto en Collserola, transformación de viviendas okupadas…
Nuestra rabia va a ser el clima de la ciudad, Vamos a crear los ambientes de deserción de la ciudadanía.
Vamos a chabolear Barcelona.